EL MANTO DE LA NADA

Dos relatos sobre libros (Narrativa) Versión castellana

 

Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido. (Paul Valéry)

En el siglo X en Persia vivía un gran visir, lector apasionado que no podía pasar mucho tiempo sin un libro entre las manos. Con el fin de no separarse de su enorme biblioteca compuesta por 117.000 ejemplares, cuando viajaba se los hacía transportar muy bien empaquetados, por cuatro cientos camellos que caminaban marcados en orden alfabético y así poder disponer a su antojo de cualquier ejemplar y aprovechar de él distracción o emociones de todo tipo.

El bibliófilo ama los libros, quiere tenerlos, mirarlos, cuidarlos incluso sin tener que leerlos. Es realmente una pasión. Cuando accede a su contenido, sus ideas, sus conocimientos, sus experiencias, incluso toda la razón de vivir puede verse afectada por el descubrimiento que ha representado la lectura. Esa es la grandeza de la escritura, de la literatura y la cultura que proporcionan los libros. Cuando se descubre el placer de la lectura también puede llegar a ser una pasión peligrosa.

El manto de la nada” son dos narraciones con la temática común de los libros. Dos ejemplos muy distintos de cómo el intento de llegar al conocimiento por medio de los libros, condiciona o determina la existencia de algunas personas. La escritura y su íntima relación con el lector es importante e imprescindible en la historia del saber humano, pero como ya planteara Cervantes, los libros pueden trastocar mentes demasiado imaginativas. En nuestro caso, pueden fabricar individuos curiosos, extravagantes o incluso asesinos.

Gustave Flaubert abordó este tema y no hemos hecho otra cosa que visualizar literariamente dos de sus historias como si de una obra cinematográfica se tratara. Hemos adaptado claramente un lenguaje del siglo XIX a una forma más visual que el lector actual utiliza con total normalidad.

El primer relato titulado “La pesca del Métis”, es una adaptación libre de la novela que escribiera Flaubert con el título de “Bouvard y Pécuchet”. El tema central de la narración es la estupidez humana. Se trata de una sátira en clave de comedia, que narra las vicisitudes y elucubraciones de dos personajes de edad madura, disconformes con el “sistema” y que aplican descabelladas alternativas a su vida. La novela escrita por Flaubert e inacabada a causa de su muerte en el año 1881, plantea una situación absolutamente adaptable a la realidad actual. La obra está considerada el testamento literario del autor y utiliza una gran dosis de comicidad e incluso de surrealismo.

¿Qué dice la parábola de Flaubert?: que todo esfuerzo para dominar la realidad a través del conocimiento, está condenado al fracaso. El saber no puede garantizar un mundo mejor.

Según una frase de los protagonistas, “La estupidez consiste en pretender llegar a una conclusión”.

¿Qué trama sigue el autor?: dos oficinistas muy cincuentones, inician una amistad que les consuela de su solitaria y aburrida existencia en una ciudad que según ellos, tiene la culpa de casi todo. De pronto, un acontecimiento imprevisto les permite retirarse a vivir al campo y poder así poner en práctica sus muchas e ingenuas ilusiones y desarrollar sus “teorías”. Pretenden un objetivo ideal, con libros, nuevas experiencias y tiempo libre, poder alcanzar la sabiduría. El resultado es desastroso… ¿o no?

El Métis es un pez fantástico que los protagonistas pretenden encontrar un día y que en realidad solamente forma parte de su mundo utópico; en realidad Métis equivale a decir Nadie. La acción principal está situada en el pueblo de Khelm que según la tradición, se trata de un lugar habitado por tontos. La narración se sustenta en la personalidad llena de matices y detalles, de las dos figuras protagonistas con sus elucubraciones, ideas, ingenuidades y dispa-rates varios. Son diferentes pero complementarios en su forma de entender la vida y antagonistas físicamente. Dos personajes que pretenden cambiar el mundo, consiguiendo que la gente piense y reaccione en un intento de ser feliz.

“Bibliomanía, el manto de la nada” es la segunda narración que compone este libro y también se trata de la adaptación de un relato corto “Bibliomanía”, también de Flaubert (1821-1881) y escrito en su juventud.

En octubre de 1836 hizo su aparición “La leyenda del librero asesino de Barcelona” en las páginas de una revista jurídica publicada en París. Se trataba de un supuesto informe obtenido desde Barcelona acerca de un proceso que había tenido lugar por aquellas fechas.

En España (1835), el jefe de gobierno Juan Álvarez Mendizábal aplica la ley de desamortización, según la cual el Estado convierte las propiedades eclesiásticas en propiedad libre. Con la aplicación de esta ley, se suprimieron la mayoría de órdenes religiosas y se realizó la venta en pública subasta de todos sus bienes. Anticuarios y coleccionistas buscaron las joyas del arte sacro y libreros y bibliófilos saquearon o compraron las viejas bibliotecas de monasterios y conventos.

Fray Giacomo, bibliotecario del monasterio cisterciense de Poblet, recibe el encargo de guardar y preservar los viejos ejemplares e incunables. Para ello, adaptando de incógnito una nueva personalidad, instala una librería de libro antiguo en Barcelona, donde esconde y al mismo tiempo intenta aumentar la colección aunque sea por medio de métodos demasiado contundentes. El monje sigue su particular mandato divino a cualquier precio, ayudándose de sus conocimientos alquímicos y siguiendo rigurosamente los pasos que con el tiempo, le va indicando el juego esotérico del Tarot.

El tema de la narración trata de la locura que provocan los libros y las consecuencias de una desordenada afición de los mismos: la bibliomanía. Aquí se trata de la adaptación libre de una compleja historia de intriga con elementos esotéricos en pleno siglo XIX, donde ambientación y lugares de inspiración gótica dibujan una atmósfera imaginativa muy sugerente y rica.

 

Fragmento de la narración “La pesca del Métis”:

Melié en la cocina, está acabando de fregar unos platos y cacerolas mientras canta una canción. El día es espléndido y está contenta. Por detrás de ella, entra Pécuchet silenciosa-mente y se queda escuchando mientras observa la imagen de la juventud de Melié. Lleva un vestido ajustado con falda corta que presenta una ligera transparencia dejando ver sus bonitas piernas y sugerir muchos más entresijos. Tiene un espléndido bien moldeado cuerpo, mejor aún que el de Nana en el bosque. Pécuchet se sienta en la mesa de la cocina a poca distancia de ella, pero al hacer un pequeño ruido con la silla, la chica se gira asustada.

- Vaya susto me ha dado, -continúa con los platos.

- Perdona. No quería interrumpir.

- ¿Qué hace aquí tan temprano?

- Casi no he dormido.

- Me parece señor Pécuchet, que se preocupa usted demasiado por saberlo todo.

- Tienes razón.

- Seguro que la tengo. Lee demasiado esos libros gordos y negros. Mi abuela ya me lo decía, que cuanto más se lee menos se sabe.

- Tu abuela era inteligente.

- Mucho. Y cocinaba muy bien, ella me enseñó.

- Melié… tu, si tu quisieras, bueno, ¡Quiero acostarme contigo!

La chica acaba de limpiar un plato, se gira y se acerca a Pécuchet. Lo mira de arriba abajo y le da una bofetada tremenda con la mano jabonosa. Pécuchet queda desconcertado.

- ¿Qué se ha creído?

- Con decirme que no, era suficiente.

- Sr. Pécuchet, voy a casarme con Marcel y necesitamos dinero, si quiere joder conmigo… pague.

Pécuchet queda aún más sorprendido.

Media hora después, Pécuchet y Melié acaban de hacer el amor. Él con cara de satisfacción. Ella cuando se siente liberada del misionero que tenía encima, se levanta con cara de aburrimiento y empieza a vestirse, mientras Pécuchet la mira pensando en lo feliz que se siente. Es preciosa, sin pelos ni borrones, suave, blanda, tersa, cálida, joven, hermosa, cariñosa, húmeda, caliente, huele bien, sin ningún defecto, es perfecta, increíble, genial, fantástica…

- Bueno, ¿ha quedado contento? Tengo trabajo en la cocina.

- ¿De dónde has sacado esa maravilla de cuerpo? ha sido increíble, -patalea bajo las sábanas- más que increíble, ha sido divino, divino, divino.

Melié se lo mira incrédula.

- Oye, otra cosa… ¿Qué es una croqueta?

- ¿No sabe lo que es una croqueta?

- Por eso lo pregunto a una muchacha con experiencia.

- Una croqueta es, -enseña el dedo gordo de su mano- Es…

- ¿Puedes hacerme una? Pagando claro.

- Una no puede ser, tengo que hacerle varias.

- Mejor, mucho mejor, pues vamos allá.

Pécuchet cierra los ojos, expectante, esperando una nueva e increíble experiencia sexual.

Melié sale de la habitación. Al oír la puerta que se cierra, Pécuchet abre los ojos sin comprender nada de nada.

*

El manto de la nada

Joan Martí Valls

Editor: Bubok Publishing S.L.

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